Vida en Pareja





 Nos comunicamos mas con extraños que con nuestra pareja

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¿Les ha pasado que a pesar de llevarse muy bien con su pareja o con sus amigos más cercanos a veces no se comunican tan bien, o crees que no se entienden en un 100%?, ¿pero por qué, si la gente que más te conoce debería comprenderte más? La respuesta, según un estudio de la Universidad de Chicago, viene del llamado “sesgo de proximidad“, que consiste en que las personas no logramos transmitir mensajes de manera efectiva a nuestros seres queridos, porque sobreestimamos nuestra habilidad para comunicarnos con ellos. Así que no pierdas de vista la comunicación con tus seres más cercanos: no necesariamente están entendiendo lo que quieres decir, así que elabora más lo que hablas y pídele al otro que lo haga también.
¡Un poquito de esfuerzo no le hace mal a nadie!

Las personas casadas pueden pensar que tienen una buena comunicación con sus parejas. Sin embargo, los psicólogos han descubierto que no siempre logran transmitir mensajes de manera efectiva a sus seres queridos. En algunos casos, los cónyuges no se comunican mejor que con los extraños.
 
Un estudio de la Universidad de Chicago reveló también que existe el mismo problema de comunicación con los amigos cercanos, según detalla Phys.org.com.
 
“La gente generalmente cree que se comunica mejor con sus amigos que con extraños. Pero esa cercanía puede llevar a que las personas sobreestimen qué tan bien se comunican. Es un fenómeno denominado ‘sesgo de proximidad’”, dijo Boaz Keysar, profesor de psicología de la Universidad de Chicago y experto en comunicaciones.
 
Kenneth Savitsky –amigo de Keysar- y profesor de psicología del Williams College en Massachussets ideó un experimento parecido a un juego de mesa para estudiar el tema. En la mesa, un grupo de dos parejas se sentaron de manera que se daban la espalda uno al otro. Intentó discernir el significado de cada una de las frases ambiguas que intercambiaban. Un total de 24 parejas casadas participaron en el experimento.
 
Los investigadores utilizaron frases empleadas en las conversaciones diarias con el propósito de observar si los cónyuges comprendían de mejor manera las frases dichas por sus parejas o por personas desconocidas. Se concluyó que los cónyuges constantemente sobreestimaban su habilidad de comunicarse, y que lo hicieron más con sus parejas que con extraños.
 
“Una mujer que le dice a esposo, ‘hace calor’ como pista para que él encienda el aire acondicionado un poco, puede ser interpretada como una declaración tímida o como una invitación amorosa por parte del marido”, dijo Savitsky, quien es el autor principal del artículo “El sesgo de la ilusión del cercamiento: El aumento del egocentrismo entre los amigos frente a extraños” publicado en la edición de enero en el Journal of Experimental Social Psychology.
“A pesar de que los oradores esperaban que sus cónyuges los entendieran mejor que un extraño, las tasas de exactitud de los cónyuges y los desconocidos fueron estadísticamente idénticas. Este resultado es sorprendente porque los participantes estaban más seguros de que iban a ser comprendidos por sus parejas”, dijo Savitsky.
 
“Puede que algunas parejas estén en la misma página, pero tal vez no tanto como ellos piensan. Uno se apresura y se preocupa, y deja de tomar la perspectiva de la otra persona, precisamente porque los dos son tan cercanos”, dijo.
 
Savitsky llevó a cabo un experimento similar con 60 estudiantes del Williams College. En el estudio, los estudiantes sobrestimaron la eficacia con la que se comunican con los amigos, replicando los mismos patrones encontrados entre las parejas casadas.
La proximidad puede crear la “ilusión de conocimiento”

Los problemas de comunicación surgen cuando el hablante asume que tiene toda la información acerca de su buen amigo, por lo tanto, no siente la necesidad de recibir una explicación larga. Según Keysar, cuando una persona conoce a un extraño, automáticamente le brinda más información porque no tienen el ‘sesgo de proximidad’ en el primer encuentro. De la misma manera, los oyentes pueden asumir erróneamente que un comentario o petición de un conocido cercano está basado en el conocimiento que ambos tienen en común –un error que el oyente no haría con un extraño.
 
Con el fin de poner a prueba esta idea, un grupo de personas del laboratorio de Keysar hizo un experimento en el cual dos estudiantes se sentaban cerca, únicamente separados por una caja con compartimientos cuadrados que contenían objetos. Algunos de estos objetos no eran visibles por un alumno. Ese alumno, y ese hablante le pedía a su compañero que moviera uno de los objetos, pero el interlocutor no sabía que esa petición podía ser interpretada de dos maneras distintas. Por ejemplo, si el orador le pedía a la pareja mover el ratón, la pareja tenía dos opciones: mover el ratón de la computadora (que el orador podía ver) o el mono que el orador no podía mover.
 
El estudio encontró que cuando se le pedía a las parejas mover un objeto con un nombre ambiguo, estos dudaban más cuando el interlocutor era un amigo. Pero cuando el hablante era un extraño, la pareja actuaba de manera más rápida para concentrarse en el objeto que el orador sí podía ver, y pasaba por alto el objeto que el orador desconocía. Esto demostró que los participantes tomaban una postura egocéntrica cuando se trabajaba en grupo con un amigo, dejando del lado la posibilidad de que ambos no compartían la misma información.
 
“Nuestro problema a la hora de comunicarnos con nuestros amigos y cónyuges es que tenemos la ilusión de conocimiento. Ser cercano a alguien crea la ilusión de comprensión más que la comprensión real “, dijo el co-autor Nicholas Epley, un profesor de ciencias conductuales de la Escuela Booth de Negocios de la Universidad de Chicago.
 
Para una comunicación efectiva es esencial comprender de que lo que uno sabe es diferente a lo que el otro sabe, dijo Savitsky. “Es necesario para dar instrucciones, para dar clases o para tener una conversación. Pero ese enfoque puede ser elusivo cuando “el otro” es un amigo o tu pareja”, agregó.


La química está en el aire...

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Me encanta hablar de amor, pero el desamor también se me da, , tenía en mente escribir un artículo muuy romántico, pero no, la verdad es que no estoy inspirada =( pero no es porque no sienta amor, claro que lo siento, es más, vivo enamorada, enamorada del amor, enamorada de la vida, enamorada de las cosas lindas (todas), enamorada de mi trabajo (no mucho), enamorada de mi familia (aunque a veces me exasperan!) en fin, mi vida es un constante ir y venir en amores y desamores, por ejemplo el amor de mi vida, al que amaría hasta el fin del mundo se fue, sí se fue, ha sido el más importante, cosa rara, el más importante, pero eso no significa que deba dejar de creer en el amor, el hecho de que en este momento no tenga a alguien a quien decirle te amo (refiriéndome a la manera carnal, sexosa, regalona y besucona) no significa que no exista, porque quizá mañana o pasado (eso espero) llegue alguien más, y haga de nuevo latir este corazoncito que tiene mucho para dar, no significa que alguien que quizá yo conozca o tal vez no, me esté haciendo un huequito en su corazón, no señor! el no tener a alguien en este momento me da mas opciones de amar, síii muchas, ahora pongo más empeño en amar a mis hijos, amar a mi familia, amar a mis amigas, amar lo que hago a diario, y lo disfruto al máximo!
Tal vez ese alguien ya ande por ahí rondándome, tal vez y no estoy enterada, (o tal vez sí pero me hago de la vista gorda) o tal vez no haya nadie, ... a quién le importa!
 

Lo que sí importa es que nunca jamás por ningún motivo debemos pensar que habrá soledad en nuestra vida, (y lo digo porque lo he pensado tantas veces cuando me pongo melancólica) pero siempre hay alguien que te sube el ánimo y te dice "ei cálmate, estas loca" y es entonces cuando debemos bloquear el mal pensamiento de nuestra vida en soledad, y debemos enfocarnos en la persona que ha de venir a alegrarnos nuestra existencia, síi hay muchas personas que pueden llegar a nuestra vida, sentimentalmente hablando, puede llegar esa persona inteligente con la que siempre hemos soñado, o esa persona romántica con la que imaginamos estar el resto de nuestra vida, o esa persona trabajadora que lucha incansablemente para darte todo lo que anhelas, o esa persona honesta que no te dice todo lo que quieres escuchar, o esa persona... o la otra, sí hay muchas con las que nos podemos topar y luego conocer y luego encajar, y luego enamorarse, y empezar una nueva historia de amor, otra persona a quien amar (hasta el fin del mundo) sólo que nos falta ser pacientes, de hecho me falta ser paciente muuuy paciente, porque siempre hay alguien ahí esperando por ti, (esperando por mí) de eso no hay duda.

Porque sabes que? La química está en el aire...




                                     ¿Cómo olvidar a un amor?

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Olvidar un gran amor o a alguien en especial no es tarea fácil y más si ha sido pareja. El desamor y el olvido suele deprimirnos pero hay consejos.

Nadie puede decir que olvidar a un amor importante en su vida, ha sido tarea fácil. El amor, es una de esas cualidades que no se pueden tocar o palpar, sencillamente se siente o no se siente. "Hay amores que matan" dice el refrán y nunca mejor dicho cuando uno sufre porque el amor se ha esfumado. Existen muchas circunstancias para que eso se produzca; dejar de amar a la persona que hasta ahora había sido nuestro gran amor, la existencia de otra persona que ha despertado la exaltación en nuestra ex pareja, el aburrimiento entre los enamorados, la desidia, los problemas económicos y así muchas razones para ver cómo el ser querido se aleja.

En nuestro corazón esta ausencia hace que nos volvamos más sensibles, huraños, caseros y nos mantiene en una fase permanente de tristeza hasta que no logremos superar el desamor. Toda pérdida emocional conlleva fases a superar y salvo que no quisieras a la otra parte, se convierte en una tarea difícil porque todo lleva su tiempo.

¿Qué significa olvidar?

Olvidar es una acción involuntaria que consiste en dejar de recordar, o de guardar en la memoria, información adquirida. A menudo el olvido se produce por el "aprendizaje interferente", forma en que se sustituye un recuerdo no consolidado en la memoria, y lo hace desaparecer de la conciencia. Uno sabe y recuerda que ha olvidado algo, es decir, que sabe que tenía un conocimiento que ya no está allí, por lo tanto los recuerdos olvidados no desaparecen, sino que son sepultados en el inconsciente de nuestro cerebro. Alguna vez habrás escuchado que se necesita tiempo para olvidar y es cierto. Nadie mejora de la noche a la mañana.

La parte emocional de nuestro cerebro alberga los secretos del alma. Nuestro cerebro trabaja de manera misteriosa, pero a raíz de las mas recientes investigaciones hay maneras prácticas de manejar nuestros pensamientos para que la calidad de nuestra vida sea mejor y evitemos sufrir por cosas que en su momento no tienen razón ni sentido. Se manejan informaciones y teorías útiles que van enfocadas para atenuar los males que provoca una cruel y dolorosa separación.

Desde hace tiempo se investiga acerca de los rasgos de la personalidad llegando a conclusiones de que el temor, la felicidad, la tristeza, el stress, la melancolía, la vergüenza y el dolor emocional, son energías. Algunas de estas son positivas mientras que otras son negativas. Para los expertos es interesante descubrir que las energías negativas como el miedo, el dolor emocional, puede cambiarse a energías positivas lo que ayuda a lograr cosas jamás logradas bajo condiciones normales. Siendo lo contrario con la energía positiva, que al cambiarse a negativa causan más estragos y daños físicos. De aquí se desprende la necesidad de evitar lo mas pronto posible que una decepción amorosa que no es otra cosa, que energía negativa manifestada en forma de melancolía o dolor emocional, se apodere de nuestros actos diarios y nos sumerja en un desánimo constante.

¿Se puede olvidar a un amor en 15 días?

Existe un libro que expresa la posibilidad de olvidar lo más rápido posible mediante técnicas necesarias y vitales para salir cuanto antes de ese estado nefasto de decepción amorosa. J. Cuevas escritor, y autor del libro "Olvidar un amor en 15 días" afirma de que es posible si se trabaja la voluntad y la amargura que deriva una desilusión amorosa y que puede ser tan devastadora que no solo ocasiona problemas de salud, sino que puede marcar a una persona por el resto de su vida. Las palabras "cómo olvidar" cobran una importancia vital.

El contenido del libro de J. Cuevas está basado en la experiencia propia del escritor y en la recopilación de historias de otras personas que han tenido la desgracia de pasar por este trauma. Muchos han llegado a destrozar sus vidas miserablemente dándose algunos a la mala vida y otros tantos al vicio. Las razones son obvias y el no saber cómo actuar de la manera apropiada les ha llevado a actuar desafortunadamente. Cuevas expone mediante capítulos cortos y personales las historias reales de personas que explican en primera persona su experiencia. Además, aporta y eso sí que es importante, sugerencias del cómo se debe de hacer y qué no podemos hacer cuando estamos en ese estadio gris de nuestras vidas.

Nuestros pensamientos pueden llegar a ser nuestros peores enemigos dependiendo de cómo se utilicen ciertas actitudes o derivemos la negatividad o positividad. Obviamente, la metafísica cobra importancia y suele sentenciar que uno atrae lo que piensa.
 

Demostrado está que en la vida hay que estar dispuestos a aceptar las cosas que suceden y cuando un amor se va o un ser querido ya no se encuentra a nuestro lado, hay que evitar caer y atraer esas sensaciones horribles de malestar. La actitud es lo que cuenta y el tiempo pondrá de su parte en un futuro no lejano su ayuda siempre y cuando, se tenga el ánimo de superación y voluntades al ciento por ciento. No hay que dejarse atrapar por la depresión por que sus “garras” son mortales si estamos carentes de voluntades.

Relacionarse y realizar actividades benefician el ánimo

Ocupar nuestra mente con actividades sanas como el ejercicio, leer libros, salir de compras o quedar con los amigos, son alternativas positivas para dejar de pensar y sentir siempre en lo mismo. Poner intención es lo que cuenta. Y no olvidar de que todo lo que se exagera deja de se ser bueno. Cuidado con las adicciones del olvido, porque no se debe dejar que se instalen otros problemas añadidos a nuestra persona, (drogas, alcohol, juegos de azar) por citar las más peligrosas.

"El hombre es hombre no por las veces que se cae, sino por las veces que se levanta" (dicho popular)


El efecto dominó de las disfunciones sexuales  

Que una disfunción sexual trae aparejado un alto nivel de sufrimiento para quien la padece y para su pareja, es algo conocido y comprobable. En la consulta sexológica se verifica permanentemente esta realidad ya que todos los pacientes que consultan por alguna de ellas, en mayor o menor medida, hacen referencia a este nivel de sufrimiento; y en algunos casos, el tema se transforma en una obsesión. Hay algunas personas que no pueden dejar de pensar en su “falla” a ninguna hora del día: el tema se transforma en un pensamiento obsesivo, tipo “disco rayado”.
 
Este tipo de paciente es el que está más expuesto a padecer lo que yo llamo “Efecto dominó de la disfunción sexual”. El mencionado fenómeno se define cuando podemos diagnosticar más de una disfunción sexual en la entrevista diagnóstica y especialmente cuando indagando en el tiempo, el paciente nos relata que fueron las mismas apareciendo de a una.
 
Este fenómeno lo he podido observar con mayor frecuencia en varones, que en las mujeres que me consultan. Por ejemplo: si el paciente menciona haber iniciado su camino disfuncional por la impotencia erectiva, un tiempo después sufre de eyaculación precoz, y finalmente termina padeciendo Deseo Sexual Inhibido o Hipoactivo, ( DSI) con una notoria disminución del deseo y de la frecuencia sexual.
 
El problema es muy simple y se explica de la siguiente manera: cuando se padece una disfunción sexual tan angustiante para el varón como la Impotencia, que produce la imposibilidad de penetrar o mantener una relación sexual, el nivel de dolor, ansiedad y culpa, hace que inconscientemente la persona intente escapar de la situación. ¡Y qué mejor manera de escapar que terminando rápido la relación!
 
Allí aparece la eyaculación precoz como un alivio a veces para poder terminar el encuentro que ha sido cuando menos duro y estresante. Y finalmente, después de un tiempo, el varón pierde o disminuye notoriamente su deseo sexual. Este proceso es absolutamente normal y entendible, ya que la pérdida del deseo es un lógico mecanismo de defensa de nuestro inconsciente para evitar el sufrimiento.
Y así se lo explico a los consultantes: usando un ejemplo de la vida cotidiana. Uno va a comer a un restaurante; el lugar no es demasiado cómodo, la comida tarda en llegar, no es rica y encima es cara, nos atiende mal el mozo, y además tardan un montón de tiempo en traer la cuenta. Todo esto hace que uno tenga ganas de irse cuanto antes, cuando en realidad, una cena en un restaurante es una ocasión para disfrutar y cuando lo pasamos bien no tenemos ganas de irnos.
 
La pregunta que les hago es: ¿ustedes van a volver a ese restaurante? Obviamente el restaurante representa a la relación sexual. Y esto es lo que nos pasa cuando hacemos el amor gratamente: el deseo de la próxima relación sexual, se enciende con el recuerdo de la última.
 
En el efecto dominó de las disfunciones sexuales, a la manera de una obra de teatro, pasa más o menos esto:
 
*1Paso la pareja tiene deseo sexual, intenta la erección y ésta se niega a aparecer rápida y satisfactoriamente: ambos comienzan a sufrir, sobre todo si esto ya ha pasado muchas veces antes
 *2Paso se produce una erección débil, se penetra como se puede y con miedo a perderla; ( ambos están más pendientes de la dureza del pene que del placer de estar juntos) esta situación hace que él eyacule precozmente y termina la relación, haya llegado ella al orgasmo o no.   

*3Paso entonces la pareja se separa, la mayoría de las veces sin hablar. Él, ella o ambos van al baño, y al volver se habla de otra cosa; la pareja hace un pacto de silencio nefasto para no agredirse mutuamente y con el objetivo incorrectamente noble de no dañar la relación. Y fantaseando que la próxima vez saldrá mejor, se distraen hablando de otra cosa.
 
* Fin de la obra: cada vez se buscan menos en la cama.
 
* Epílogo feliz: deciden hablar, buscar una solución y hacen la consulta al médico.

Si quieres casarte no salgas con el traje de novia en la cartera... 

 Si tu soledad actual te lleva a fantasear y a desear un encuentro que termine en boda, está todo bien: es una necesidad humana estar en pareja y vivir juntos (ya sea que hayas tenido la experiencia o no), y eso es algo maravilloso.
 
A veces pasa que si no lo has logrado en relaciones anteriores, o si has convivido alguna vez y todo salió mal, que el apuro y la ansiedad por volver a estar con alguien pueda jugarte una mala pasada.
 
En el primer encuentro con el otro, está la clave de la futura relación: todo lo que ocurra allí sentará las bases para que continúe o para que ésta sea a primera y última salida.
 
Un consejo de oro para este primer encuentro es sentirse merecedora de lo mejor: no hay como una autoestima elevada para atraer al otro y hacer que éste desee volver a vernos. Claro que la altura justa de tu autoestima es la de sus ojos: si estamos por debajo, él se sentirá superior y actuará con condescendencia pero sin admiración, y si estamos demasiado alto y nos consideramos una princesa, él se sentirá poca cosa y en cualquiera de los dos casos lo más probable es que no haya una segunda cita.
 
La segunda clave es no hacerse demasiadas expectativas ni fantasear mucho con el futuro ya que las primeras citas son precisamente para que ambos se conozcan y sientas ganas de volver a encontrarse porque se han sentido cómodos, relajados y atraídos por la compañía.
 
Es por eso que te digo jocosamente “no salgas con el traje de novia en la cartera” porque tienes la necesidad de encontrar a alguien; porque se te pasa el tiempo, te corre el reloj biológico o no soportas tu soledad. Así, te vas a amarrar al primer hombre que se te acerque, y eso se huele a la distancia.
Y lo peor del caso, es que ese olor espanta al hombre ya que generalmente, a ellos no les gusta que los “cazen”. Ellos pueden “ casarse”, pero nunca “ser cazados”
 
Otra clave de oro para tener éxito es tener en cuenta no tanto si tú le gustas a él, como si él te gusta a 
 ti. O sea conocerte y conocer tus propios deseos y necesidades, y verificar en estos primeros encuentros si la persona que tienes delante es lo que estás buscando para ser más feliz acompaña por él que estando sola: aprender a elegir es la clave.
Algunos consejitos
 
1 ) ser espontánea: no armar ni fingir un personaje de “ mujer interesante” o interpretar cualquier otro rol. Tener en cuenta que él debe enamorarse de quien realmente eres, y no solamente él debe ser lo que tú necesitas, sino que tú debes ser lo que él está buscando también.
 
2 ) escucharlo, ya que las mujeres a veces pecamos de hablar demasiado de nosotras mismas y no pensamos que él necesita que le presten atención: recordar lo que henos percibido o nos ha contado a lo largo de los encuentros y peguntarle cómo le ha ido en el trabajo, con sus hobbies, etc. Esto lo hará sentirse valorado.
 
3 ) no presentarle las quejas acerca de nuestras anteriores parejas: a nadie le gusta pagar los platos que otro rompió, menos aún de que la salida, en lugar de ser divertida y atractiva, se convierta en una sesión de terapia. El lamento, la queja o la autocompasión son “espantagente.”
 
Pero indudablemente lo más importante es estar preparado para “estar en pareja” con la certeza de que el otro no está en el mundo para hacernos sentir completas y satisfacer nuestras carencias, sino para complementarnos con el hombre , y dar y recibir afecto en la misma medida en que lo recibimos..
Y la única manera de estarlo para un encuentro exitoso es cuando estamos bien con nosotras mismas y no precisamos de nadie que nos sirva de tutor, proveedor o lazarillo, sino de compañero de ruta que va hacia el mismo lugar que nosotras: hacia el encuentro de la felicidad.


Caricias de sexo


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Hablar de sexualidad humana es hablar de personas, de seres. De ella y de él. Tanto en cuanto a sentimientos como en cuanto a sentidos. De fisiología y de emotividad. De pasión y de voluntad. De razón y de sinrazón. Es hablar de nosotros.
Petting es el termino que utilizan los anglosajones para denominar ese gran abanico de juegos, caricias, masajes, y lo que se nos ocurra, que rodea las relaciones sexuales.
Esto enriquece en dos líneas igual de importantes, la sensitiva o física, y la emocional. Hay una relación directa entre la cantidad de tiempo que se dedica a la estimulación propia y de la pareja y el placer sentido. Así mismo, es sabido que tanto la mujer como el hombre necesitan a mayor edad mayor estimulación, variada y diversa, para alcanzar un nivel de excitación suficiente que proporcione una respuesta satisfactoria. Cuanto más tiempo se dedique a la estimulación propia y de la pareja, tanto más placentera será esa relación, y, llegado el orgasmo, tanto más intensamente se vivirá. Desde un punto de vista emocional, el darnos ese tiempo para un contacto más provocador e insinuante, antes, y más delicado y relajante, después, nos brinda la oportunidad de comunicarnos, de llegar a la pareja y de que ella llegue a nosotros. Porque no debemos olvidar que ante todo, es comunicación, y la comunicación no es siempre verbal. Las caricias, los pellizcos, los besos, los suspiros, una ducha “a dos”, un masaje con aceite de bebés…, todo vale dentro de esa comunicación, dentro de ese petting.
El hecho de que siempre se haya afirmado una mayor demanda de petting por parte de las mujeres, tiene su razón de ser en dos causas. Por un lado, un mayor grado de emotividad intrínseco a la feminidad –patente en los diferentes instintos más antropológicos. Y por otro lado, debido a una más lenta y prolongada Fase de Excitación de la Respuesta Sexual Humana en la mujer – lubricación y acomodación de los genitales como receptores.
Concluyendo, todo el tiempo y dedicación que asignemos a los preámbulos y prolegómenos de nuestras relaciones de pareja – válido y aplicable a la autoestimulación- es una inversión de frutos asegurados, tanto emocionales como físicos.

El estrés y la vida sexual

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En la actualidad podemos observar la incidencia de factores estresantes sobre la vida sexual y afectiva, como uno de los elementos que con mayor frecuencia afectan a la misma. Permanentemente recibo en el consultorio hombres y mujeres que tienen problemas sexuales: dificultades con la erección, con la eyaculación o el orgasmo, o los que tienen una vida sexual prácticamente inexistente, con un bajo deseo y por ende, una muy baja frecuencia o calidad de sus relaciones.
Si bien no es la única causa, uno de los factores causantes del stress suele ser la esfera laboral y sus diversos vaivenes, tales como el exceso de dedicación al trabajo, el apasionamiento excesivo por el mismo, o sus extremos: el temor a perderlo o la concreción del miedo: la desocupación. No debemos tampoco desconocer la incidencia de la insatisfacción vocacional o laboral.
  
Tanto aquellos que padecen stress como su pareja se verán afectados por factores como : la falta de o el exceso de tiempo libre, pocas horas o trastornos del sueno, alto nivel de exigencia laboral o familiar, consumo excesivo de alcohol, cigarrillo o drogas, excesiva ansiedad, conflictos graves con la pareja, una inadecuada alimentación, motivación escasa o insuficiente para la vida sexual o afectiva, medicamentos que la afectan o inhiben, y las tan temidas enfermedades psicosomáticas. En general, afectan la vida sexual todos los elementos que generan tensión.
 
Imaginemos como es un día de semana de un padre o madre de familia: se levanta temprano, lleva los chicos al colegio, se va en coche o colectivo al trabajo ( poca actividad física), realiza una jornada laboral intensa y cargada de exigencias, come mal y rápido, se le hace tarde para ir a buscar a los chicos, los lleva a casa o a otras actividades; vuelve al trabajo y necesita terminar una serie de tareas antes de volver a casa. Finalmente llega al hogar y debe ocuparse de tareas domésticas y atender a los hijos; se va a la cama con las últimas fuerzas. Y la vida sexual? Bien, gracias : postergada hasta el fin de semana………… si los chicos no los exprimen con sus necesidades de esparcimiento.
 
Una buena vida sexual está basada en diversos factores , que son los contrarios a los mencionados anteriormente. Una buena salud, una pareja y/o familia armoniosa y una situación relajada, de satisfacción laboral y social son los mejores componentes para garantizar la satisfacción sexual.
 
Si bien no debemos desconocer que las disfunciones sexuales pueden tener otras causas, como factores de crianza o traumáticos, ( causas remotas) por lo general todos estos factores ( causas actuales) que afectan la calidad de vida, terminan empobreciendo la vida sexual.
 
Este panorama nunca es definitivo. Se puede mejorar la calidad de la vida sexual teniendo que en cuenta que la decisión de resolver el problema llevará a la pareja o individuo a la necesidad de tener un correcto diagnóstico y su correspondiente tratamiento, ya que en la actualidad contamos con los elementos necesarios para poder transformar un problema sexual en un tema del pasado.
 
Recuerde que un problema por el que no se consulta es un problema que no se resuelve solo.

 

 Consejos para las relaciones de pareja

Aunque a veces podamos mirar a otras parejas envidiando lo bien que se llevan, hasta esas relaciones que aparentan ser tan idílicas también tienen sus altibajos. Las crisis en las parejas son totalmente normales, pero si realmente no existe más que una falta de entendimiento en ciertas ocasiones, es fácil superarlas.

Lo principal para llevarte y convivir bien con tu pareja es que el respeto sea mutuo. Si estáis acostumbrados a tener vuestro espacio, lo normal es que esto no se vulnere por culpa del cónyuge, eso sí, independencia no significa dejar al otro de lado, ya que en el amor es necesario hacer cosas juntos y compartir momentos. La confianza es el otro pilar sobre el que debe sustentarse una relación.

La comunicación lo es todo


Cuando existe un problema, por pequeño que este sea, no debe darnos vergüenza: hay que hablarlo. Aunque es cierto que a veces sí que existen pequeños secretos que no queremos compartir, lo ideal es ser lo más transparentes posible con nuestra pareja. Te sorprenderá lo que la sinceridad puede jugar a tu favor. Asimismo, también hay que saber contarle esas pequeñas cosas que no nos gustan de él o de ella; y sobre todo, debatir todo eso que nos haya molestado: si te lo guardas puede terminar siendo el origen de un problema mayor.

Con comunicación también nos referimos a dejar al otro que 'entre' en nuestro mundo. Es cierto que todo va a su debido tiempo, pero debemos tratar que nuestra pareja nos conozca a nosotros y a nuestros amigos y familiares. De esta manera, además, iremos fomentando la posibilidad de hacer planes de futuro. Eso sí, hay que dejar que las cosas vayan fluyendo por sí mismas y no agobiar al otro con la idea del compromiso.

Tiempo juntos


Cuando se está con alguien es porque se disfruta del tiempo que se pasa junto a él o ella. Si esto no es así, deberíais replantearos el sentido de la relación. No obstante, es evidente que es necesario tener también tiempo para nosotros mismos. Por ello, lo ideal es equilibrar esto y negociarlo con la pareja en la búsqueda de lo que ambos necesitáis.

Por otro lado, es necesario que en ese tiempo, no terminéis cayendo en el aburrimiento. Si bien es cierto que es difícil conservar esa actividad frenética de los primeros meses de la relación, sí que se pueden seguir teniendo escapadas de fin de semana, citas nocturas o pequeños detalles que sigan manteniendo con vida y con ilusión vuestro amor.

Y por supuesto: el cariño


Hay personas más cariñosas que otras, pero en el amor, es importante aprender a demostrar lo que sentimos. Aunque nosotros creamos que es obvio, hay gente que necesita que le digan lo mucho que les importas para sentirse seguras de sí mismas y de la relación. Las palabras y los gestos de cariño son básicos para sentirnos bien y sentir que todo va avanzando.

Muy unido al cariño, nos encontramos con el sexo. Éste es casi tan importante como el amor, y hace una simbiosis con él para que la relación pueda llamarse de pareja, y no simple amistad. Es imprescindible hablar todo lo que tenga que ver con el sexo con nuestra pareja para que ambos sepáis hasta dónde estáis dispuestos a llegar. Una vez más, la confianza lo es todo aquí.

 ¿La vida de pareja cambia con la llegada de un hijo?

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No es necesario que un especialista nos afirme esta respuesta, es algo implícito. Desde el momento en que nos damos cuenta de que seremos padres, nuestra vida comienza a girar en torno a la llegada de este nuevo individuo

Mientras que la madre experimenta cambios tanto físicos, como psicológicos desde el inicio de su embarazo, el padre va asumiendo esta nueva responsabilidad, sin embargo la mayoría lo asume, completamente, cuando ve nacer a su hijo.
  
Ello se puede transformar en un problema para la relación, cuando existe poca comunicación entre ellos, por lo cual es necesario que no oculten sus sentimientos, sino que por el contrario puedan expresar constantemente lo que internamente están pasando.

 Sexo y Embarazo: Los cambios que vive la mujer

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Durante el embarazo, la mujer vive una serie de cambios que indudablemente afectan su vida y la de su pareja. Por lo general, la relación sexual es la primera en verse comprometida.
Que las mujeres pierden el deseo sexual cuando están embarazadas no es una novedad. Por el contrario, muchos hombres se quejan porque la frecuencia y la intensidad del sexo, cambia radicalmente cuando la pareja se encuentran en esta dulce espera.
 
Lo cierto es que existe una explicación científica que responde a los cambios que sufre la mujer (por dentro y por fuera). El embarazo genera un descontrol en las hormonas, lo que sumado al agotamiento, los pechos adoloridos y a un cuerpo que comienza a ensancharse cada vez más, genera que la mujer embarazada vea afectado su deseo sexual.
 
Por otra parte, la futura madre ve alterado notoriamente su estado de ánimo. Se torna mucho más sensible y las emociones están a flor de piel. Hay que tomar en cuenta que el embarazo es un gran reto, sobre todo para aquella mujer que vive la maravillosa experiencia de la “dulce espera” por primera vez.
 
La mujer se enfrenta a un evento que cambia por completo su vida y la de su pareja, y por lo tanto, hará que se sienta irritable, abrumada y muy ansiosa en algunos momentos. La pareja debe comprender que esto es una situación completamente normal y no hay nada de que preocuparse.
 
En estas situaciones, lo más recomendable es que ambos conversen abiertamente sobre el tema para que el hombre no sienta rechazo o incluso frustración. Así como ella espera ser comprendida durante el embarazo, él también necesita entender los motivos que impiden llevar una vida sexual normal, y juntos están llamados a buscar la mejor manera de encontrarse en el plano sexual.

El Síndrome de la Súper Mujer

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Ah, aquí vamos una vez más. A echarnos un clavado en nuestro interior. ¿Qué vemos? ¿Qué sentimos? ¿Qué pensamos? ¿Qué queremos?¿Cuántas veces nos hemos hecho estas preguntas? O… ¿nos las hemos hecho alguna vez?
Tuve la oportunidad de compartir experiencias vividas recientemente con una amiga, mi amiga Gurú de rizos largos. Nos conocimos en una reunión navideña y de inmediato se produjo un click. Según ella, desde que me vio pensó: está igual de loca que yo.

Y sí. Hemos compartido espacios de meditación y ejercicios de trabajo interno, pero también deliciosas comilonas y cafecitos en donde los temas fluyen y se mezclan.

En uno de estos cafecitos le contaba de un taller al que asistí y en el que trabajé a nivel profundo el amor. Sí, ese merito que se busca cubriéndonos detrás de la máscara esta o aquella. En lo personal, atrás del “ser perfecta”. Ah, qué fuerte. Este tema de la Señorita perfección no es particular, sino bastante común.

Observo, escucho y aprendo que muchas mujeres que están a mi alrededor traen un chip similar, comprado quién sabe cuándo de quién sabe qué manera, pero bien comprado, algo así como un vestido que te calzas a la perfección y que utilizas cual ropa interior todo el tiempo.

Durante la conversación, amiga Gurú de rizos largos me decía “¿Sabes? Ya estoy cansada de luchar… de pelearme por tener un vientre plano… ¿Quién dijo que tenía que tener un vientre plano? ¿Quién me dijo que tenía que tener el culo grande, las tetas grandes y la cintura pequeña? ¡Si yo amo comer!”

Toiiinggg. Y es que la perfección tiene que ser redonda, completita. Nada de sólo ser una mujer inteligente, culta, preparada, que sepa cocinar, lavar, planchar, sino también debe de sonreír y de lucir encantadoramente bella.

Qué flojera, pero qué flojera. Pero qué cierto.

¿Cuántas veces no nos paramos frente al espejo y pellizcamos “lo que nos sobra” en la cintura, en la espalda o en la cadera? ¿Cuántas veces no nos quedamos hasta tarde en la oficina terminando los documentos a entregar porque no están del todo bien? Ah, porque tienen “errores”… o fallitas que, ¿Qué crees?, sólo vemos nosotras.

Sí, más allá de que alguien nos lo haya impuesto (que socialmente sí ha sido así), lo hicimos solitas, porque al final, eso que consideramos “imperfecto”, quizás lo notarán solamente nuestros dos ojos. Nadie más.

Y nos exigimos y nos agotamos. Nos agotamos. Nos hartamos. Nos enojamos con el espejo. Nos gritamos. Nos regañamos. ¡Qué crueles somos con nosotras mismas!

Pero… nadie nos puso una pistola en la cabeza y nos dijo: “Si no eres perfecta, te mueres". 

Haz un recuento de tu vida… indaga en tu interior si hubo algún momento en tu infancia en donde pensaste que si no eras excelente en algo nadie te iba a amar.

Piénsalo. Trabájalo.

Porque yo no sé tú, pero nosotras, ya nos cansamos de tratar de ser Súper Mujeres. Al final, no lo somos, ¡somos solamente humanas! Imperfectas, genialmente imperfectas. ¿Y qué crees? Que la gente sí nos ama. Así, con nuestras fallas, con nuestras autocondenas, con nuestros cuerpos únicos, irregulares, lejanos de ser tallas cero; con nuestras líneas de expresión, con nuestras imprudencias, lenguas largas, falta de pericia en la cocina. Con nuestros sietes en la boleta de calificación. Así, tal cual, nos quieren los demás… ¿no estaría padrísimo también hacerlo nosotras mismas y darnos un respirito? O, bueno, si ya estamos dadivosas, un respirote. Ser mujeres. Punto.

Vulnerables, imperfectas… en ocasiones necesitadas de ayuda, de apoyo, de una mano.

Yo no soy de piedra, tampoco soy una roca. Soy suave, sensible, y sé que pueden lastimarme. Tengo miedos, defectos pero también muchas virtudes.

Y lo sé, porque dejé el traje de Superheroína en el clóset. Y ahí se va a quedar para siempre.

 La rutina en las relaciones y

¿Cómo innovar y sorprender?

Una relación de pareja es una de las cosas más complicadas que existen. Cada una es diferente y peculiar por lo que necesita un tratamiento personalizado pero, todas ellas coinciden en que, cuando se prolongan durante mucho tiempo, corren el peligro de caer en la rutina y perder la pasión.

Los más propensos a caer en esta actitud son las parejas que ya están casadas hace varios años y, además, tienen hijos. Esta situación, cuando se junta con el estrés que nos produce el día a día y las preocupaciones cotidianas del trabajo, son el detonante para que una pareja olvide por qué están juntos.

Para combatir la rutina y conseguir que nuestra relación sea igual de satisfactoria y plena que el primer día hemos hablado con ‘Yanina Cotarelo’ psicóloga y sexóloga profesional, especialista en sexualidad femenina, que nos ha dado unas claves muy importantes. A continuación, vamos a tratar los temas esenciales.

¿Cómo conseguimos no caer en la rutina?

Para vivir cada día de forma diferente y no verlo como una sucesión de lo mismo, tenemos que pensar que la relación se construye diariamente y, en cada momento, seducimos y nos dejamos seducir. Por esto, no vale darse a la comodidad y olvidarse de ponerse guapo pensando en que la otra persona ‘ya ha visto todo lo que tenía que ver’.

La sexóloga Yanina Cotarelo nos aconseja “demostrar el afecto a través de cualquier detalle: una llamada, una sonrisa, un abrazo…” ya que, manteniendo vivo el amor, existen más posibilidades de tener una vida sexual plena y activa. Además, hay que pensar que, las mujeres relacionan estado de ánimo con sexualidad por lo que, necesitan tener un ambiente positivo y bueno para conseguir crear un clima apropiado.

Después de mucho tiempo con la misma pareja, una de las ventajas que existen es que se conoce perfectamente lo que le gusta en la cama pero, esto también se puede convertir en un inconveniente ya que, se hará todo de forma mecánica y monótona. Para evitarlo, simplemente hay que modificar los hábitos y probar a cambiar de postura de vez en cuando o nuevas técnicas. En la variedad está el gusto.

Por último, uno de los factores que nos hacen caer en la rutina es la llegada de los hijos al hogar. Las mujeres dejan de verse como tales y aceptan e interiorizan el rol de madres que no les deja tiempo para nada más. Para combatir ésto, la sexóloga Yanina Cotarelo, aconseja “una salida mensual, arreglarse, y encontrarse con la pareja como cuando se era novios para despertar el deseo”. Gracias a éstas, la complicidad y la conexión entre los dos aumentarán significativamente.

¿Cómo sorprender a la pareja?

A parte de los consejos para no caer en la rutina, conviene sorprender de vez en cuando a la pareja para demostrar que todavía se está interesado en la otra persona y hay un esfuerzo por hacerla feliz.

Una buena idea es realizar una cena sorpresa y romántica en la que dejarse llevar y volver a recordar los bellos inicios. Después, nada mejor que un pequeño juego de sabores para abrir el apetito sexual. Yanina nos recomienda “no elegir productos pegajosos, como la miel, ni tampoco de colores amarronados que pueden resultar desagradables para la vista. Conviene buscar cremas blancas, de vainilla, de frutas, para cubrir todos los sentidos”.

Todo esto se puede acompañar, en el caso de las mujeres, de una lencería provocativa que, aunque parece un tópico, es efectivo y llamativo además de, dar la sensación de que se ha preparado a conciencia. Una música relajante y lenta de fondo ayudará a crear un ambiente íntimo.

A parte de estos consejos, lo más importante es querer sorprender e innovar con la pareja para evitar caer en una rutina que pueda terminar con la relación. Si existe la iniciativa y el deseo de hacerlo, cualquier pequeño detalle será muy valorado y servirá de punto de partida.

 Fantasías sexuales

Pensar a menudo sobre situaciones sexuales insólitas e imaginativas no sirve únicamente para pasar un buen rato, sino también para mejorar nuestra salud en general ya que las fantasías sexuales son beneficiosas.

Los psicólogos aseguran que pensar con frecuencia en el sexo puede actuar como una eficaz válvula de escape en momentos de tensión, convirtiéndose en un buen antídoto contra la ansiedad y el estrés. Las fantasías, además, aumentan la autoestima y la confianza en sí mismo.

Recrear situaciones ‘picantes’ durante el día es, además un excelente ejercicio para combatir la falta de deseo. Es un hecho comprobado que estas fantasías aumentan la libido y dinamizan las relaciones en pareja excesivamente monótonas o estereotipadas.

  Los celos

Los celos no son amor

Los celos, en contra de lo que podría parecer no siempre son consecuencia de un gran amor, ni indican cuánto se quiere, se necesita o se desea a la otra persona. Y, normalmente, quienes padecen estos ataques de celos son personas muy centradas en sí mismas. En muchas situaciones de celos hay, más que amor o miedo a la soledad, otras causas: sentimientos de posesión del otro, de necesidad de controlarle, de inseguridad en uno mismo, de envidia hacia la mayor riqueza de la vida emocional del otro... Sufrir celos de forma moderada es una respuesta emocional normal pero, sentirlos de manera exagerada y descontrolada lo convierten en algo patológico
Los celos, de forma controlada y en pequeñas dosis, pueden ayudarnos a potenciar la relación pero, cuando los celos son enfermizos nublan la razón de quien los padece.

¿Por qué somos celosos?

1. Falta de confianza en uno mismo: las personas inseguras muchas veces no se sienten merecedoras del amor de su pareja y esto les lleva a desconfiar de la sinceridad y cariño del otro. Siempre están pensando en que en cualquier momento su pareja puede conocer a alguien más atractivo y tienen miedo a que descubra lo poco que vale en realidad.
2. Experiencias familiares: Es probable que una persona que haya presenciado escenas de celos en sus padres tenga más predisposición a ser celoso que otra cuyos padres se sentían seguros el uno del otro.
3. Experiencias vividas: las personas que han sido traicionadas alguna vez por alguien en quien confiaban es más probable que posteriormente desarrollen una personalidad celosa.
4. Trastornos psicológicos: las personalidades paranoides, narcisistas e histriónicas tienen una gran tendencia a desconfiar continuamente de los demás y por consiguiente a desarrollar una celotipia.

Cómo controlar los celos

1. Evita pensamientos destructivos que hacen que el problema de los celos se agrave e intenta sustituirlos por otros de seguridad y confianza que ayuden a frenarlos. Esfuérzate en ser objetivo y aprende a diferenciar lo que son hechos reales de lo que puede estar manipulando tu imaginación.
2. Procura ser más tolerante y dejarle su espacio a tu pareja: evita ese impulso irrefrenable que te lleva a estar en todo momento controlando y preguntándole sobre lo que hace y con quien.
3. Comenta lo que te ocurre a algún amigo de confianza y pídele consejo. No olvides que ocultar el sufrimiento y negarlo hace que se potencie cada vez más.
4. Reflexiona sobre lo que te ocurre e intenta aclarar tus ideas. Esto te ayudará a exponer tus sentimientos con sinceridad, a descubrir tus miedos, necesidades, etc.
5. Evita utilizar amenazas, habla claramente de lo que te ocurre, no te ciegues con la rabia e intenta buscar soluciones al problema.
6. Evita culpabilizar a alguien de lo que te ocurre. Procura ser responsable de lo que sientes y no olvides que tus actos dependen de ti, y eres la única persona que puede cambiar tu conducta ante lo que estas sintiendo.

Los celos son emociones negativas, pero no necesariamente malsanas, que se originan ante la percepción de que el amado o cuidador presta atención o interés hacia otra persona que no somos nosotros. Esto supone una amenaza ante la posible pérdida de afecto o interés hacia nosotros lo que nos conduce a sentirnos celosos y posesivos con respecto al otro.

No siempre son celos irracionales

Francesc Sorribes, psicólogo de Institut RET diferencia dos tipos de celos: los racionales, fundamentados en seguir con nuestra pareja y la preocupación de que ese vínculo se rompa por otra persona; y los irracionales, con una exigencia absolutista y un interés exclusivo hacia nosotros mismos.

Estos últimos son los más problemáticos ya que, según comenta Sorribes, "nos sentimos horrorizados y desvalorados ante la posibilidad que muestre interés por otras personas o incluso puedan dejarnos". Esto nos conduce a sentirnos ansiosos, rabiosos o deprimidos, a pensar obsesivamente esta posibilidad, a ser suspicaz con el otro y a exigir pruebas de compromiso y fidelidad: la posesión.

Sobre las personas más propensas, Francesc Sorribes apunta que es más susceptible que suceda en personas que tengan una baja autoestima o sentimiento de inferioridad y una fuerte necesidad de aprobación y perfección, lo que le conduce a tener fuertes exigencias hacia el otro para evitar sentirse infravalorados.

Cuestión de autocontrol

Pese a que conseguir dominar los celos implica mucho tiempo y esfuerzo, el experto explica que es posible mantenerlos bajo control. "Los seres humanos tenemos una tendencia tanto innata como aprendida de autogenerar creencias irracionales pero también tenemos una habilidad para poder cambiar dichas creencias y dejar de ser celosos irracionales" ha comentado el experto.

Entre algunas de las terapias usadas en estos casos, encontramos la Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC) y la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC). En cualquier caso, se suelen usar técnicas emotivas, cognitivas y conductuales. El apoyo de los familiares y la pareja es fundamental para solucionar estos problemas. El psicólogo añade que "además de decirle que vaya al psicólogo, los familiares y la pareja pueden intentar aceptarlo incondicionalmente con sus celos, sin juzgarlo ni condenarlo".

Este especialista aconseja tener en cuenta dos aspectos más: "ayudarles a no sentirse culpables" y añade que "también pueden extinguir cualquier respuesta a preguntas celosas". Es decir, no contestar o ignorar la pregunta, informando que no van a responderle. Esto, puede hacer irritar mucho al otro al principio porque sienten la necesidad de saber pero posteriormente esta urgencia va disminuyendo hasta que desaparece. Es una manera de romper el círculo vicioso.

Lo mejor para aprender

Francesc Sorribes nos da algunos consejos para que los celos irracionales pasen a la historia. Un primer consejo consiste en establecer un tiempo fijo cada día de 15 minutos donde se fuerce a tener pensamientos celosos a solas "pero fuera de ese tiempo forzarse a pensar en otras cosas" matiza el experto. Otra pauta a seguir es "cuestionarse de manera científica los pensamientos celosos", así se podrá ver la lógica de lo que se plantea y ver si realmente es algo infundado.

Otro de los ejercicios que se pueden realizar y como complemento a los anteriores es el de parar el pensamiento. Este especialista recomienda que "cada vez que uno tenga un pensamiento celoso se repite tres veces la palabra 'basta', se imagine una señal de stop o un semáforo rojo, y luego piense en algo relajante como un recuerdo o lugar especial".

Sorribes también apuesta por acompañar estas pautas con la de no preguntar ni someter a interrogatorios a la pareja, así como de aceptarse incondicionalmente pese a los sentimientos celosos, ya que según indica, "las personas celosas se sienten despreciables y se condenan por tener estos pensamientos". Por último, el psicólogo recomienda usar frases racionales y repetirlas diariamente. Estas frases son del estilo: "quiero a mi pareja, pero puede seguir siendo feliz si ella no me quiere", "que me dejen no significa que no tenga valor como persona", "que exista la posibilidad que sea infiel, eso no significa probabilidad o certeza" o "no todas las personas son iguales, pensar que todos los hombres o mujeres son infieles es una generalización".

Lo más grave: violencia doméstica

En los casos en los que los celos se convierten en un verdadero problema, poniendo en peligro la vida de la pareja y su salud física y mental, Francesc Sorribes es claro "siempre intentamos intervenir siempre. Lo importante es que en esos casos extremos necesitamos un control mayor para evitar males mayores. Es decir, primero la intervención se centra en generar una distancia física entre los dos para poder trabajar mejor, ya sea ingresando en un centro o pactando una separación temporal".

Todas las personas podemos cambiar si tenemos voluntad de hacerlo, ya que el cambio viene de modificar nuestras creencias irracionales que tenemos con respecto a nosotros mismos, los otros o la vida. Según el especialista, "no se trata de un proceso fácil, pero con la ayuda de un psicólogo adecuado que le guíe y un esfuerzo personal, uno puede conseguirlo".

De esta forma, hemos logrado saber que los celos pueden dominarse a cualquier escala. Lo más importante siempre será la voluntad de quien los padece, ya que sin iniciativa es imposible controlar la situación. Asimismo, el apoyo de la gente cercana será también muy importante.

  Crisis en la pareja o final de la relación?


Razones de peso, en apariencia, como mantener la relación por los hijos, la dependencia emocional o el miedo a la soledad no deberían ser suficientes para mantener una relación de pareja La mayoría de las parejas atraviesan varias crisis a lo largo de la relación. Las personas cambian con el tiempo, así como sus necesidades, sus deseos y sus sentimientos. Cuando se está en crisis, la angustia, la confusión y los afectos contradictorios pueden ser muy intensos. Y no es sencillo decidir si hay que poner punto y final a la relación. Ante este dilema, un terapeuta puede ayudar a superar una crisis.

No siempre es sencillo distinguir entre el amor u otros sentimientos como la compasión, el cariño o la amistad Cuando una pareja está en crisis, el sufrimiento emocional puede ser muy intenso. Cuesta pensar con claridad. Cuesta discernir hasta qué punto vale la pena continuar o no. En ocasiones, una relación que parecía idónea empieza a hacer aguas. Los miembros han cambiado con el paso del tiempo y sus intereses y deseos no parecen ir por el mismo camino. Es difícil generalizar sobre cuándo hay que poner punto y final a una pareja pero, como señala Coca, "cuando la otra persona deja de ser un aliado en tu vida para convertirse en alguien que no te deja desarrollar, hay que plantearse de manera muy seria la ruptura". Como es lógico, el principal motivo para romper es el fin del amor. Pero no siempre es sencillo distinguir entre el amor u otros sentimientos, como la compasión hacia la otra persona, el cariño o la amistad. "Por ello es importante saber si hay deseo sexual o no. Si hay deseo sexual, seguramente queda algo, como mínimo, de amor", asegura la terapeuta de pareja. Hay que diferenciar entre las uniones de jóvenes, "ya que los veinteañeros suelen aguantar menos y se separan con más facilidad", y aquellas de más de 35 o 40 años, "que aguantan más y sopesan con paciencia los pros y los contras de una ruptura". ¿Qué une a las parejas? No siempre el amor une a una pareja. Para saber si hay que separarse, vale la pena tener claro los motivos que no deberían servir para mantener la relación. "A veces son los hijos, el miedo a la soledad, la dependencia emocional, el miedo al qué dirán si se rompe la relación", añade Trujillo. Desde que la crisis económica se inició, cobra cada vez más fuerza otro motivo: la dependencia económica. "Hay algún caso de parejas que no se separan porque no pueden vender el piso y terminan por compartir la casa", explica Arantxa Coca.  

Cómo sobrellevar una crisis Una de las actitudes que favorecen a la pareja cuando están en una crisis es la humildad. "Humildad para que cada uno trabaje la parte de su personalidad que no ayuda a que la relación funcione", señala Arantxa Coca. 

Es fundamental el bagaje personal que tenga cada miembro. Ayudará mucho que ambos se sientan satisfechos en otros ámbitos de su vida, como el profesional. "Gozar de salud psíquica será fundamental para superar una crisis", "así como hacerse responsable de la parte de la crisis que a uno le toca". Tras la ruptura 

Pero, en ocasiones, nada puede ayudar a salvar una relación. Muchas personas viven el final de una pareja como un fracaso. "Pero no tiene que ser así. Muchas relaciones cumplen su ciclo y lo mejor para todos es que cada uno siga su camino. 

No tiene sentido mantener una relación que no satisface, por los años pasados o por los hijos", considera la psicoanalista. El final de una relación no quiere decir que acabe la vida o que uno no podrá ser feliz de nuevo. Tras una ruptura, los expertos aconsejan no obsesionarse con los motivos que llevaron a ella. Es necesario darse un tiempo para aceptar la nueva situación, pero hay que tener muy claro que la vida continúa. Una ruptura de pareja puede ser la oportunidad para iniciar una nueva vida o para mejorar aspectos de uno mismo.  "para muchas personas puede ser la oportunidad para aprender a estar solos. Hay que interiorizar que estar soltero no debe ser sinónimo de estar solo". la ayuda de un terapeuta de pareja Los terapeutas ayudan a las parejas que no se ven capaces de resolver los conflictos que afectan a su relación. Es aconsejable no acudir a terapia cuando es demasiado tarde. "Muchos acuden cuando llevan años en crisis. Y si una pareja está enquistada en una crisis, puede ser muy difícil salir de ella". 

Un terapeuta nunca tomará partido por ninguno de los componentes. Su trabajo consistirá en que las dos personas consigan dialogar y entiendan qué sucede en la relación. Intentará que descubran cuáles son sus deseos y si realmente quieren continuar o no con su unión.

 Terapia de pareja.


La problemática que se vive dentro de una relación es muy compleja. Algunos se encuentran distanciados o no pueden formular acuerdos. Otros sufren por celos, infidelidad, alteraciones de tipo sexual o simplemente ya no pueden llevarse bien. La pérdida de un ser querido es otro factor que en ocasiones altera la dinámica de la pareja.

Durante el proceso terapéutico las parejas descubren donde radican sus fallos, sacan a la luz sus desacuerdos, visualizan las posibles soluciones y deciden el rumbo que tomarán sus vidas.

Es importante comentar que muchas personas deciden que no es conveniente continuar con la relación por diversas razones. Hay quienes determinan que la solución a sus problemas es la separación. Ante una decisión así, la psicóloga promueve maneras adecuadas para llevar a cabo dicha separación.

Es verdad que los conflictos no resueltos deterioran la relación, influyen en el bienestar y arriesgan los proyectos de ambos y tambén los de los hijos. Pero también es cierto que, en la psicoterapia, los conflictos son el punto de partida para que las personas aprendan a conocerse más, a fortalecerse y a consolidarse.

Los desacuerdos ponen en evidencia las diferencias de ambos desde sus ideas, gustos, costumbres, creencias, rasgos de personalidad, estilos de crianza de los hijos, influencia de las familias de origen, etc. En esta etapa, cada uno plantea que cosas puede negociar y que cosas no lo dejarán ser feliz con esa pareja. Cada uno expone sus límites y deliberan si pueden o no hacer una vida juntos.

La psicoterapia puede ayudarlos a desarrollar la capacidad de enfrentar, negociar y solucionar las dificultades de manera adecuada. Se promueve la comunicación asertiva, la estabilidad y el crecimiento conjunto. El objetivo se logra cuando los dos cambian el modo de manejar sus diferencias, por métodos más efectivos.

A veces sucede que uno de los dos se niega a recibir apoyo terapéutico, no obstante la terapia de pareja también se puede llevar a cabo exitosamente con la presencia de uno solo de los miembros.